lunes, 27 de agosto de 2012

A Julieta (memorias violetas naranjas)

¿Entonces ustedes no saben quien es la chica semioculta que ven en esa foto de ahí? ¿ni por que la estoy viendo con una sonrisa embobada?




 Sí, bueno, ella es mi mejor amiga...

La única que me trata como una "persona real". Y yo la trato como... bueno, una extraterrestre, aunque somos raros y no encajamos bien con el resto.
Ella es incondicional y  moriría si no la tuviera, sin ninguna vacilación. No sé cuantas veces estuvo para mí... pero de verdad sé que es la persona más amable, cuida y fabulosa que jamás conocí.
Es la única persona con la que me siento feliz sin importar lo que pase a mí alrededor. Cualquiera que sea su amigo es súper privilegiado y no sabe lo afortunados que es.
Sé que cada uno piensa en su mejor amigo como alguien "perfecto", incluyéndome a mí y Nano, pero quiero ser sincero acá: yo no veo un solo defecto en esta chica. 
Es adicta a las naranjas, caprichosa en las comidas, es hiper nerd y sumanente brillante, y aunque no sabe bien lo que es un columpio (?) Winchester? la tienda de lámparas? nada, se le perdona.
Por lo general tiene un humor neutro/alegre, y aprendió a no depender de otros para su felicidad o algo más. Pero se que si está de mal humor, algún mensaje tonto la animaría. A veces parece no poner bastante énfasis en nuestra amistad, porque nunca consideró a nadie como un "amigo real" y porque no pone etiquetas en ser mejores o peores en lo que sea...
Seguramente alguien puede ser su amigo o su compinche fácilmente, pero nosotros tenemos una cantidad enorme de confianza. Ella me empuja para adelante cuando me voy quedando detrás, me va a decir que soy increíble cuando no lo soy, me trata como un amigo... Más que un amigo, en realidad. Ella me trata como un verdadero hermano. Y me gusta eso, pone mucho de su tiempo CADA día, aunque no lo admita y pueda ponerme molesto (?) y no me dice que me calle cuando hablo demasiado o repito. 
Me conoce mejor que nadie en el universo, y esto no es una exageración.
Ustedes pueden decir " Bueno... tu familia sabe de vos mejor que nadie" pero la verdad es que no saben quien soy, que quiero o cual es mi canción favorita, no,  y si hay alguien que me conoce, esa es Juli. 
Le confío cosas que yo no contaría en un diario, o aún, no me contaría a mi mismo. 
¿Pero saben lo que aprecio más? Su buena voluntad para ayudar a alguien que lo necesita.
Ella te va a hacer sentir hermoso cuando te sientas feo, o a decirte que sos la persona más dulce aunque todos los demás le digan que ellos nunca conocieron nadie más engreído.
En conclusión y lenguaje simple... ella siempre va a estar ahí para vos. Esto es lo que más destaco sobre Juli. Eso y sus "mimos" casi diarios hacia mí. 
Ella me puede, pero independientemente de eso. El punto no es encontrar alguien con más tiempo o "mejor que", lo se por que nadie nunca me hizo sentir mejor conmigo mismo, ni nadie conoce más sobre mí que ella.
Y si alguien duda que la chica de la foto, mi mejor amiga, no es digna de calificar entre las personas mas maravillosas que conoce... bueno, la verdad ustedes se joden.
Como me gusta Juli, (ustedes ya lo habrán notado) se habrán dado cuenta lo poco objetivo que soy desde el primer párrafo, pero ¿de que otra manera ustedes sabrían lo asombrosa que es?
Y para aquellos que piensan que ella no es buena porque calla y mantiene silencios, o toma distancia o hace lo que sea...
Ella SIEMPRE lo hace por una buena razón...

“Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.”


GRACIAS POR SER ESE FUEGO JULIETA :)

martes, 21 de agosto de 2012

La sociedad de los abrazos imposibles




Los reflejos de la 5ta luna iluminaban su rostro iridiscente.
En su fantasmal transparencia todo penetraba, lo hubiese incitado a tomar asiento, pero su ser era solo presencia divagando con los demás miembros de su especie (antes no muy diferente a la mía) se dispuso a saciar la sed de su curiosa existencia.

Simple, espontáneo, sincero, desinteresado, pienso...

¿que es un abrazo?  - me repite.

No estoy seguro... ¿un abrazo? ¿es importante? ¿se come? ¿para que sirve? ¿es grande o chiquito?

No sé...

simple, espontáneo, sincero, desinteresado... pienso...

Me remito a mi propio mundo, a los miedos que siempre tuvimos, a la entrega inocente de los brazos, la sensación cálida de aquellos momentos y roces olvidados que debieron ser impostergables...

Un abrazo era algo raro en esos tiempos, (pero sin dudas memorable) tiempos de tira y afloja y ¿quien da más? de comparaciones, de frialdad aparente.

No, ni aún en ese entonces abundaban las demostraciones...

Lo mismo les paso a ustedes...
fueron perdiendo de a poco sus manos, sus brazos, su toque, su humanidad... 
infestándose de un absurdo miedo al amor, el compromiso por el otro, la mortalidad.

perdieron una parte y nacieron otra vez,
Como seres destinados a vagar eternos, hermosos y jóvenes... 
intocables y relucientes como sombras divinas. Pagando un alto precio, permaneciendo.

Levanto mi vista hasta aquella estrella azul a la que llamamos hogar mucho tiempo antes.

Y entonces por fin respondo...

-Un abrazo, es una utopía.






(...)

"No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces del dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele. Pequeña Muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña Muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace"


Eduardo Galeano




Y vos... ¿ya diste tu abrazo hoy? 

lunes, 20 de agosto de 2012

Los columpios invisibles




El sonido de las gotas al caer me tranquiliza, hasta el caos de un diluvio tiene su propio ritmo, su orden, su lógica…

Sonrío… 
se que va a llegar: el recuerdo de un abrazo prematuro que nunca nos dimos pero, que yo siento desde antes incluso…
de que  cayeran aquellas primeras gotas.

Alguien dijo una vez, que hay que aprender bailar bajo la lluvia, irónicamente, yo lo aprendí permaneciendo sentado. Como esperando a que se revelase aquel secreto que, años después, solo, entendería.

Fue a los 7  años la mayor parte de los juegos me producía malestar o me resultaban monótonos y aburridos  “les volts du carrousel”, el ida y vuelta del sube y baja o el flash de emociones causada por el tobogán o la adrenalina de caer del pasamanos no eran nada comparados con el ritual de esconderme en los ligustrinos, rasparme las rodillas, ensuciarme las medias y sentarme a leer las desventuras de Luna de primavera, los comics viejos de mis primas mayores o todo aquello que me entrara en los bolsillos enormes de los abrigos que me tejía la abuela y que yo devoraba gustosamente…

aquella vez vino el viento, y llegó la lluvia barriéndolo todo, llenando los espacios vacíos de los días soleados, cegándonos con gotas gordas y pesadas y sin embargo dándome esa libertad extra que solamente yo conocía en mis infantiles argumentos.
Con paso ágil voy retrocediendo, la lluvia en mi cara produce divertidas sensaciones, como si el cielo pudiera hacerme cosquillas, guiándome solo por el chirriar de las cadenas  libres del peso de mis fugitivos amigos. Me siento alcanzar esos columpios invisibles,  ahora solo míos (mientras el tiempo lo permita) al sol siempre ocupados, diferentes, aburridos… 
pero que en penumbras y bajo agua me pertenecían.

Los dedos se me arrugan, el pelo se alborota, mi cuerpo se enfría… solo somos esos columpios invisibles y yo, verdes, rojos y amarillos; resbalosos, divertidos…
libres.

Me balanceo por horas, el sonido de las gotas al caer me tranquiliza, el caos de un diluvio tiene mi propio ritmo, mi orden, mi lógica…

Sonrío…
se que va a llegar: la calma de la lluvia sobre mi cara con la rebelión de tus caóticos rizos, la libertad de las cadenas en tu abrazo, un murmullo en tu voz para quebrar el silencio. 
Y quizás un beso tibio y una sonrisa, que nos recuerde que a menudo…

Hasta el cielo puede caer.

domingo, 19 de agosto de 2012

Distancia es el silencio



Todo es confusión si no veo,
en esos ojos tiernos, el preludio de un abrazo 
...apoyada en un árbol, debajo de un semáforo,
sonrisas sutiles brillando en el sol,
flotando en el viento,
cantando... 
te siento.