Y cuando nos debilitamos, no soy de los que se sienta a llorar sobre el árbol caído.
Después de todo NUNCA TODO esta perdido...Es como si el fuego que nos señala el camino de huida volviera a inclinarse sobre el camino de regreso, dejando una sola opción.
Entonces nos afianzamos, nos tomamos de la mano y seguimos...
Dicen que cuando dos senderos nos llaman al mismo tiempo, en la encrucijada, el corazón late más fuerte y más silencioso, y que nuestros ojos se abren, se abren como nunca antes.
Yo se que va a llegar la noche, y vamos a poner las cartas viejas sobre el fuego, y las veremos arder en otros mundos.
Entonces coy a cantar para mi solo y cada palabra va a resonar en otro mundo, haciendo eco dentro tuyo.
Y más tarde, mucho más tarde, muchos años más tarde, estando solo, siempre solo, voy a abrir el viejo álbum y hojear algunas páginas...
Y vas a respirar el olor a papel viejo, a notar el cambio de color nuestros ojos, yo voy a revivir recuerdos de aquel tiempo/mundo y nuestras voces van a escucharse juntas en una sola nota clara, con un sentimiento sutíl y dulcísimo que va a traer lágrimas a nuestros ojos, haciéndome acariciar con mis dedos fríos de siempre, tus párpados azules de la noche anterior. Creo verte pero no. Nada. Entonces volves obstinada a mirar los vidrios empañados, mientras mi reflejo aparece del otro lado de la puerta en la foto desenfocada del viejo álbum de fotos, que sigue ardiendo en algún lugar...
“I know lines. I frequent them, their lack of conclusion, their lack of an ending, their returns, their accidents, their apparent speed, their tenacious duration, and their persistence, their urgency.”
— | Pierrette Bloch |