XXI
Aprendí a aceptar que siempre voy a compadecerme de vos, y aceptar que nunca te voy a tener. SÍ, aprendí a aceptar esto y está bien, la vida trabaja de modos misteriosos y hay razones para cada cosa... hasta para los corazones quebrados que nunca parecen curarse totalmente...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Palabras más, palabras menos...