sábado, 14 de abril de 2012

Brandt

Cada átomo en nuestro cuerpo vino de una estrella que explotó. Y, los átomos en mi mano izquierda probablemente vinieron de una estrella diferente a los de mi mano derecha. 
Esto realmente es la cosa más poética que sé de la física: Todos somos todo el Universo. No podríamos estar acá si las estrellas no hubieran explotado, porque los elementos - el carbón, el nitrógeno, el oxígeno, el hierro, todas las cosas que importan para la evolución y la vida - no fueron creadas al principio de los tiempos.
Ellas fueron creadas en los hornos nucleares de las estrellas, y la única condición en el camino para entrar en nuestro cuerpo consiste en si esas estrellas fueron o no lo bastante amables para explotar. 


Entonces olvidemos a Jesús. Las estrellas mueren... de una forma en la que nosotros podemos estar acá hoy.



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