Aquella vez en la fiesta, creo que era Enero.
Entre la multitud y con el moño en lo alto de su cabeza, porque era buena bailarina se decidió...
Aquella vez en la fiesta, creo que era Enero.
Entre la multitud y con el moño en lo alto de su cabeza, porque era buena bailarina se decidió...
En el medio de la pista no quedaban más que un par de parejas que aprovechaban la música, cansados, antes de bailar la pieza final. De a poco el perfume de los cuerpos daba paso al ambientador con olor a rosas (lo odiabas) bajamos desde el pasillo del piso más alto, mientras en las escaleras un camarero esquivaba con dificultad a dos borrachos que ya se iban...
Descalza y tambaleante saltabas escalones de tres en tres, dejando atrás las baldosas blancas, así que justo cuando la banda colgó el micrófono, empezaste a cantar Strangers in the night, esa noche antes de terminar...
Entre la multitud y con el moño en lo alto de su cabeza, porque era buena bailarina se decidió, que a pesar de todo valía la pena una canción desesperada, un sonrisa de última hora, un baile destartalado...
Un día feliz.
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